Pues otra tienda más de Manolo Blahnik abierta en el mundo.
Esta vez en Yakarta, Indonesia.
Como madrileña neoempadronada que ya soy, puedo ir a babear el cristal de la tienda todo lo a menudo que desee. Pero por mi cabeza no deja de pulular la misma pregunta desde hace años:
¿ Por qué no hay tienda en París?
Capital, icono y cuna por antonomásia de la moda. Atestada de todo, excepto de una tienda de Manolo Blahnik.
¿Acaso la ciudad de las luces es demasiado cegadora? ¿ Acaso el señor Blahnik en su afán y empeño de ir contracorriente se niega en redondo a abrir aunque sea un corner?
Misterio misterioso... las francesas y franceses deberán conformarse con ir a comer macarons a la durée...
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