Siempre he visto belleza en cosas en las que la gente no repara. Cosas pequeñas o grandes, nuevas o antiguas, usadas o nuevas, que despiertan en mí el deseo de poseerlas.
Esta característica de apreciación combinada con otras que también poseo como: obstinación, ambición, empeño, afán coleccionador e imaginación; crean irremediablemente a "la cazadora de tesoros olvidados"
Y es que reconozcámoslo, es maravilloso, divertido y muy excitante tomar algo prestado de alguien. Es como convertirte, inofensivamente, de alguna manera en el dueño del tesoro, adquirir su olor, su textura, imaginar ser él, que pensar, que decir, que hacer. Es una manera de soñar despierto mucho mejor que leer (dependiendo del dueño y del libro por supuesto)
Yo dudo que haya una manera mejor de demostrar amor y admiración que querer ser alguien a través de sus cosas...
Y es un juego al que yo empecé a jugar desde muy pequeña.
Primero la ropa y los zapatos de mamá...
Pasó el tiempo y fueron las corbatas y camisas de papá...
Luego empecé a cambiarme ropa con las amigas…
Y ya más tarde, cuando la madurez y lo "correcto" se impone convirtiendo tu juego en una invasión de la intimidad y la propiedad y chorradas similares descubres que ¡hay otra manera!Pidiendo con ojitos y esperando que no te tomen por una loca ( no siempre hay suerte) a tus familiares y amigos que en vez de comprarte regalos por tu cumpleaños, reyes y similares te regalen aquellos tesoros que abandonaron al polvo y al olvido en un cajón y que sólo tú sabrás darles la vida y el esplendor que tuvieron hace tanto tiempo.
Es la forma más maravillosa de poseer, es un objeto cargado de recuerdos y de experiencias en tu memoria y en la de su antiguo propietario, que renacerá y adquirirá nuevas aventuras en tus manos.
Yo por ejemplo sueño con las joyitas viejas de mi abuela...
Y con la pieza maestra del reino de la cazatesoros...
Espero que jamás dejéis de soñar...
Besitos que hacen ruidito al andar
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